En este proyecto miembros del comité del paro internacional de mujeres de Nueva York entrevistaron con organizadoras de trabajos y cooperativas, como parte de un processo de co-produccion de sabiduría militante. Estamos interesadas particularmente en esclarecer las condiciones que a la vez permiten y limitan la organización laboral autónoma y la auto-determinacion. También nos interesa la manera en que la lucha de clases y la lucha feminista se constituyen mutuamente entre si. De ultima, nos gustaría concentrarnos en las maneras en las que los entrevistadas y entrevistadoras practican — e imaginan las posibilidades de — la acción colectiva como manera de transformar las condiciones de mayoría de los trabajadores, especialmente las condiciones de los que sienten as formas de explotación y disposición mas graves: las mujeres, los inmigrantes, y los trabajadores a bajo sueldo. Para leer otros testimonios, haga click aqui. Para ver mas informacion sobre el paro, haga click aqui.

Tenemos que crear una red de mujeres y hacer la revolución.

Vine de vacaciones hace seis años a visitar a mi madre y me quedé. Hacía años que no la veía, ella se vino para acá a trabajar y mis hermanos y yo estuvimos viviendo con mi abuela. Nací en Colombia, pero con veintiún años me fui con mi abuela a España y estuve ahí veinte años. Teníamos nuestro apartamento, teníamos todo y yo trabajaba limpiando oficinas. Estuve trabajando diez años en limpieza. En el 2010 me vine a Nueva York para unas vacaciones, mi mamá me dijo que me quedara con ella y me quedé.

Mi madre y yo vivimos en Queens. No tengo ni hijos, ni marido, vivo con mi madre y con mis hermanos. Tengo otra hermana que vive con su familia en New Jersey, pero mis tres hermanos y yo vivimos con mi madre. Mi madre vino sola. Y mis hermanos están recién llegados: hay uno que lleva dos años, otro que lleva seis meses y otro que vino hace cuatro meses. Nos criamos todos con mi abuela y cuando ya todos estaban adultos, mi abuela me llevó a España.

En España tenía la nacionalidad española, pero aquí estoy indocumentada. Vivo el día a día. Mi madre está indocumentada, aunque lleva treinta años aquí: la vida es así. Mi hermana es ciudadana, pero no puede ayudar a mi madre con los documentos porque cuando mi mamá estaba entrando por la frontera en Texas, la migra la arrestó. Estuvo 4 meses arrestada y salió pagando una fianza. Se vino para Nueva York y en una ocasión cuando estaba en su trabajo, inmigración entró al trabajo y la arrestaron nuevamente por tres meses. Nosotros no supimos nada porque estábamos muy pequeñitos. Mi abuela hizo que mi madre se viniera para separar a mis padres y trabajando desde aquí nos mantenía. Nosotros cambiamos de domicilio en Colombia y se perdió la comunicación, estuvimos casi nueve años sin saber nada de ella hasta que una amiga de la familia nos volvió a poner en contacto. Por eso, al pedirme mi madre que me quedara, decidí hacerlo.

En el tiempo que llevo aquí, sólo he conseguido un par de trabajos como jornalera hace un par de semanas. Después de sacar el certificado OSHA, empecé a trabajar en limpieza de construcción. Apenas ahora he empezado a trabajar. Mi madre es quien me mantiene, es ella quien nos mantiene a todos. Ella es modista de alta costura. Y actualmente trabaja en una boutique, donde hace vestidos de novias. Ahora mis hermanos están trabajando, pero es mi madre quien nos mantiene, es impresionante. Ella siempre ha cosido. Se vino sola, sin conocer a nadie, y el inglés que le requieren en el trabajo lo sabe, pero en general no lo habla. Yo estoy aprendiendo, aunque soy más de escuchar.

Ahorita mi prioridad es el trabajo porque hay muchos gastos en mi casa, antes éramos nosotras dos, y ahora estamos los cuatro hermanos con mi madre. Es más gasto en comida, en el día a día… Entonces yo quiero trabajar para poderle ayudar. Mis hermanos le ayudan pero no alcanza todo el dinero que le dan a ella. Le dan 170 dólares semanales, es para cubrir gastos y poco más. Entonces no hay mucho. 1.800 de renta, ¡imagínate! Es una exageración. $1800 un apartamento de una sola habitación. La única habitación que tenemos, la alquilamos y nosotros dormimos en la sala.

Mis hermanos están trabajando, pero en Colombia tienen sus mujeres y tienen que mantenerlas. A mí me mantiene mi mamá, ella me mantiene a mí y se mantiene a ella. Cómo puede hacer una mujer que saca $400 semanales para cubrir todo: comida, renta, los bills, ropa, transporte. No entiendo cómo ella solventa todos esos gastos sola. A mí me da tristeza, porque mi madre tiene setenta años. Los fines de semana que estamos juntas, hacemos la limpieza ella y yo — mis hermanos no hacen nada.

Yo no quiero trabajar cuidando niños, porque aquí es muy complicado. Si pasa cualquier cosa, te pueden demandar, y si no tienes un certificado que sea de babysitter, te pueden poner problemas. Éste es el país de las demandas. Y en el tema de limpieza no he trabajado. Recién llegué estuve cuidando los perros de una amiga de mi mamá. Estuve dos semanas yendo a su casa, pero no me iba muy bien con el pago y dejé de hacerlo. Me dijo que por las dos semanas me daba $300 y al final me dio $200. Entonces le pregunté, “¿Y los otros 100?”, y ella me respondió, “no, es que no sé qué, es que no los tengo”. Entonces cuando luego me volvió a decir para cuidar a los perros le dije que no, porque primero me dice una cosa y luego otra. Tenía que estar todos los días con ellos, sacarlos… Yo soy una mujer que me informo, y yo sabía que… en todos los países tenemos derechos aunque no tengamos papeles. Si no me pagan lo justo, no trabajo.

Siempre he sido una mujer que me he dado a valorar como mujer, y he tenido problemas con alguna pareja por eso, porque me quiso alzar la voz. Si mis hermanos me alzan la voz, yo también se las alzo. A mí nadie me va a discriminar, ni me va a humillar, ya me humilló mi abuela muchos años y no quiero más. Mi mamá es una persona mayor ya, yo no tengo responsabilidades con nadie, excepto ella. Y así se lo dije a mi hermano una vez que discutí con él. Me dijo que yo estaba tardando en hacerle la comida a mi mamá, que era una agarrada, que no hacía nada y estaba viviendo de ella. Entonces le contesté, “usted no es nadie para decirme nada, porque usted no me está dando dinero, ni está dando nada para esta casa como para que venga a decirme lo que tengo que hacer, a mí me respeta”. Y estaban mis roommates y le contaron a mi mamá. La esposa del señor que nos alquila le dijo a mi hermano que había sido muy grosero conmigo, y él le contestó, “pero ella se ha sabido defender, porque me dijo cosas que no debería haberme dicho.” Tengo más derecho yo que llevo más tiempo. Ellos ven a mi madre enferma y no son capaces de llevarle un vaso de leche ni nada, soy yo la que le atiende. Si se le sube el azúcar, si se le sube la presión, soy yo la que se la estoy midiendo y trato de bajársela. Ellos le pueden ver dolorida, y ni tan siquiera le dicen, “Mami, ¿en qué te puedo ayudar?, ¿qué te traigo?” Entonces, tengo más derecho yo que ellos. Me he vuelto bastante dura, no sé si es que la vida me ha endurecido, pero es así.

Saqué la tarjeta de OSHA aquí en NICE, y empecé a venir en las mañanas a buscar trabajo. Salió uno por cuatro días hace dos semanas y ahí estuve, trabajando en demolición. El entrenamiento para los certificados los provee NICE. Yo sólo tengo el de cuatro horas, pero los otros no los voy a sacar porque son más complicados y más caros. El certificado de OSHA lo da la organización gratis, pero los otros hay que pagarlos, aunque NICE hace un descuento.

Entre semana estoy aquí, en NICE, todo el día como voluntaria. Por la mañana, de las 7:00 am al mediodía, estoy buscando trabajo para mí y para los demás. Si no hay trabajo, me quedo aquí de 12:00 a 6:00 pm como voluntaria. Así es como se estructura la jornada en NICE. De las 7:00 a las 12:00 miramos en internet direcciones y posibles ofertas de trabajo, las apuntamos en un papel, se las pasamos a los jornaleros, y ellos luego llaman a las compañías. Nosotros, los jornaleros mismos, buscamos nuestros trabajos. En las webs y en el periódico aparecen las ofertas, y aquí en NICE las recopilamos. Ahora, por ejemplo, hay trabajos, pero no hay trabajadores. La mayoría de estas ofertas son ya más específicas. Son carpintería, andamios…

Cuando empecé con los talleres, me dijeron que había trabajos, pero como no podía conseguir trabajo hasta que no sacara la OSHA, empecé a venir como voluntaria. Aunque no consigo trabajo para mí, ayudo a otros compañeros y me siento bien. Otros compañeros tienen que mantener a la familia, a los hijos, una casa y yo les ayudo a conseguir un trabajo. El Centro de Trabajo está abierto desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, todo el tiempo que yo estoy aquí, parece que estoy trabajando, pero no tengo una remuneración. Mi madre me dice que estoy perdiendo el tiempo aquí, pero yo no creo que esté perdiendo el tiempo porque yo estoy ayudando a la gente. Me siento bien, pero ella no entiende que esto me hace sentir bien. Ella es una persona con sus pensamientos, otro modo de vida… entonces no lo entiende. Tenemos nuestras diferencias, pero intentamos llevarnos bien. En mi casa no se pelea. Aunque hay veces que con mis hermanos me enojo, porque a veces yo estoy todo el día fuera, y tampoco es justo que cuando yo llego a casa ellos no hayan hecho nada. Entonces, hay momentos en que una se enoja.

NICE lleva abierto siete años y yo voy a cumplir un año aquí de voluntaria, llevo aquí desde el 29 de agosto de 2016. Primero vine para tomar unos talleres de mujeres emprendedoras y me empecé a meter en esto de los jornaleros. Como quería hacer algo por los demás, decidí seguir viniendo como voluntaria. Nunca antes había estado vinculada a ninguna organización, ésta es la primera vez que estoy así metida y encuentro que es una manera tanto de ayudarme a mí misma, como a otras personas. Me gusta estar aquí.

NICE es una organización sin ánimo de lucro que ayuda a los trabajadores migrantes, más que todo a los jornaleros de las paradas, aquí en la 69 (parada de la calle 69, línea 7) hay mucho jornalero, la mayoría son hombres. NICE tiene este local para ellos, cuando hace calor vienen a refrescarse, toman agua, toman café, tienen el baño, que está hecho para ellos. Estando en las paradas del tren no tenían baño, entonces orinaban en la acera y la policía los arrestaba.

La gente se quejaba de que dejaban la calle sucia, que venían borrachos. El objetivo principal de NICE fue ayudar a los jornaleros de las paradas porque no tenían dónde ir. Luego NICE empezó a crecer y se empezaron a dar los cursos, los talleres. Al principio eran muy poquitas personas las que venían, ahora somos más de mil personas al mes. Gente de todas partes de la ciudad viene a NICE, más desde que estamos en Facebook: vienen de Staten Island, de Long Island, de New Jersey. Gente mexicana, sudamericana y centroamericana mayoritariamente. Hay algún hombre de otro país, pero que hablan español, el resto es de América Latina.

Actualmente hay más mujeres que hombres tomando los cursos. Cada vez hay más mujeres dedicándose a la construcción porque se paga más. El salario de los hombres y las mujeres es igual, pero dependiendo de la habilidad de la persona se paga más o menos. Por ejemplo, un maestro puede ganar entre $170-200 diarios, y el ayudante entre 120 y 130, eso depende de la habilidad de la persona. Generalmente a las mujeres en la construcción les hacen limpiar y recoger los escombros y a los hombres les hacen demoler, pero acabas muy cansada porque imagínate estar recogiendo escombros con una pal. Hay unos tubos así de grandes y así de anchos. Si están muy llenos los carritos con escombros, los llevan los hombres, y si están más vacíos las mujeres. Pero recoger normalmente es lo que hacen las mujeres.

Yo quiero prepararme y poder luego ponerme a trabajar aquí. La organizadora del sector mujeres de NICE, Maritza, empezó como voluntaria y ahora es trabajadora. Me gustaría estudiar una carrera que vaya acorde con esta organización, estudiar recursos humanos y poder trabajar aquí. En Colombia estudié hasta tercero de primaria, y en España acabé la primaria e hice la secundaria. Estoy mirando con mi hermana una posible universidad a distancia.

Los trabajadores remunerados de NICE están documentados, pero la mayoría de los que estamos aquí el centro para jornaleros somos migrantes que no tenemos papeles y nos ayudamos unos a otros. Aquí te haces fuerte y te haces responsable, a la fuerza. No me importaría trabajar en tema de limpieza, pero aquí la demanda es más la construcción, porque puedes ganar 120 al día, son 15 la hora. Y en limpieza son unos 11 o 12.

Aquí en NICE estamos haciendo talleres para mujeres los martes. El martes es el día de la mujer, pero los hombres empezaron a protestar porque no había un día de hombres. Se los tratamos de explicar, pero no lo entendieron y ahorita hay que invitarlos, se les invita y vienen, pero bueno. Aquí aprendí sobre mis derechos como trabajadora, los cuales desconocía. Hay muchos talleres donde se habla de abuso:sexual y en el trabajo.

Considero que es bueno que nos pongamos en contacto con las demás mujeres que participen en estas entrevistas, pues así podemos conocer gente de otras organizaciones, ayudarnos mutuamente y crear una fuerza colectiva. A las mujeres hay que decirles que salgan adelante, porque ellas pueden, al igual que pude yo. Dicen que somos el sexo débil, pero es mentira: somos el sexo más fuerte, aguantamos mucho más que los hombres. Tenemos que crear una red de mujeres y hacer la revolución.

*El nombre ha sido cambiado.

Nai: New Immigrant Community Empowerment (NICE)
Entrevista por Nekane García